Estás aquí. Te encuentras en mi oscuridad. Que te hayas atrevido a llegar a este recóndito lugar me sorprende. No te puedo decir lo que te espera, ni yo mismo lo sé. Sea cuál sea el resultado, bienvenido a La oscuridad de J.G. Enlund.

jueves, 25 de junio de 2015

El renacimiento de la oscuridad

Una vez más la realidad ha tomado la decisión de golpearme, con dureza, como siempre lo suele hacer. Además me ataca de una forma que por esperada, no pierde ni un ápice de crueldad. No son buenos tiempos, no, no lo son. Pero no os torturaré con los tumultuosos avatares de mi existencia ajena a la literatura. Os abro mi oscuridad para trasladaros mis reflexiones acerca de lo que ha sido Death, y de lo que me depara el futuro como escritor. Con las aguas más calmadas, Death  parece casi un borrón en mi memoria; tengo la impresión de que la escribí diez años atrás y que ahora, cuanto menos piense en ella, más feliz soy. Voy a ser franco con todos los lectores. Da igual lo que intente pensar, o todo lo que trate de convencerme, abrazo Death como una obra mediocre, escrita por un individuo carente de talento que solo cuenta con la artificiosa arma de su activa imaginación. He realizado como quince entrevistas sobre Death, y en todas ellas he ardido en deseos por vomitar la realidad, expresar lo que me hacía sentir este engendro, mas no me atreví a hacerlo, supongo,  por respeto al trabajo que hay detrás de la novela. Negaría los hechos si no reconociera que posee algunas virtudes, pero ninguna de ellas es capaz de brillar lo suficiente como para deshacerse de la presa de su inherente mediocridad, todo esto desde mi prisma enfermizamente subjetivo, claro,

Es duro reconocerte a ti mismo que el trabajo en el que has puesto tanto esfuerzo no es más que un cubil de carencias, pero si no lo hiciera, no estaría siendo sincero con los sentimientos que se arremolinan en mi interior. No soy buen escritor, ni creo que me considere nunca como tal. Aborrezco cada línea que sale de mis manos y suelo permanecer unos segundos contemplándola con desprecio. Y no hablo solo de estilo, sino que también del fondo. Mis intereses sobre el ser humano probablemente distan de lo que gusta en la calle. Las emociones, los pensamientos, el trasfondo humano, eso es lo que  me apasiona, en cambio tengo la impresión que lo que mueve a la gente es el morbo, la degradación de la humanidad, la prostitución del sufrimiento. Jamás podré recorrer ese camino, aún intuyendo lo que puede enganchar a los lectores, nunca recurriré a esas artimañas porque contravienen mi ambición literaria.

Death ha sido un primer paso, un paso pretencioso, lo reconozco, en el que un chico con veinticuatro años ha intentado embarcarse en el navío de la vida literaria con una obra de más de seiscientas páginas. Soy consciente de que me ha podido mi vanidad como creador, el convencimiento de que era capaz de forjar algo con el poder de fracturar la realidad, en definitiva, evadir, y entretener. He recibido pocas opiniones de Death, todas ellas positivas, pero también soy conocedor de que la mayor parte de la gente que ha adquirido la novela no la ha leído, y que los que lo hayan hecho, no me han comentado nada por miedo a herir mi orgullo artístico. A todos estos, gracias, algo me debéis querer. En cualquier caso, cada uno de los lectores será el que construya su idea de Death, la mía no debe hallarse por encima de ninguna, es más, está pervertida por el instintivo rechazo a todo lo que forjo, por lo que debéis ser vosotros los que dictéis sentencia, no yo.

Pero por mucho que Death me cause rechazo, es como una hija para mí, una hija que debe crecer, y a la que tengo que cuidar y respetar. Por ello, Pain, la segunda parte, ya está en proceso. Este trabajo  me va a llevar mucho tiempo. A día de hoy no me motiva demasiado ya que dudo que despierte algún interés, pero aunque sea un libro que culmine en nada, debo escribirlo. Mi intención es hacer de Pain el verdadero despegue del universo que construí en Death, quiero que sea un coloso con infinidad de ramificaciones, todas ellas dedicadas a resolver las incógnitas del primer capítulo y sembrar nuevas de cara a la parte final.

Por otra parte, estoy trabajando en otra novela, la cual espero tener lista para finales de año. Es una historia diferente, que gira alrededor de cuatro personajes: Evan, Juan, Faye y Andrezj. No puedo contar mucho, pero si diré que no va a superar las doscientas páginas, será un único capítulo, y en ella estoy intentando evaluar mis límites como artista. Tengo intención de daros un adelanto de ella en los próximos días en pos de despertar vuestro apetito literario.

Poco más tengo que contaros. Se me ofreció la oportunidad de hacer lo que siempre soñé con llevar a cabo, y equivocado o no, miré hacia adelante. El futuro será el que dicte si este mediocre escritor algún día es capaz de construir algo decente.

Buena cacería.

martes, 9 de junio de 2015

Firma de ejemplares en la Feria del Libro

En estos tumultuosos días en los que, una vez más, los endebles pilares de mi realidad se han visto embestidos por la crueldad intrínseca de la vida, me toca ahogarme en mis tribulaciones y llevar a cabo una tarea que si bien me genera ilusión, no puedo negar que me va a resultar más ardua de lo que me gustaría. Esta tarde, de 18:00 a 19:30, estaré en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares de Death. Sé que lo más probable es que no tenga siquiera que desenfundar mi pluma y que tan solo recibiré la visita de aquellos que, de manera incomprensible, sienten algún tipo de afecto hacia mí, mas en cualquier caso allí estaré, al servicio de cualquiera que se deje caer por esa maravilla madrileña que es el parque del Retiro.

Los que no halléis un hueco en vuestro tiempo podéis estar tranquilos, no mandaré a ningún recolector a por vuestras almas... De momento.

Buena cacería a todos.

miércoles, 3 de junio de 2015

Vagando por la oscuridad

Lo reconozco, en los últimos tiempos he vagado por la oscuridad más de lo que me gustaría. Sí, podemos decir que he llegado a estar incluso deprimido, aunque más que un bajón anímico preocupante, creo que mi falta de hálito ha sido producto del frenesí de los últimos tiempos. En muy poco tiempo me he visto obligado a gestionar demasiadas emociones, situaciones y momentos para mí desconocidos. Ahora las aguas vuelven a su cauce, por ello debo intentar reencontrarme conmigo mismo. Publicar Death ha significado sin duda la consecución de un sueño, pero ni estos anhelos cuando se satisfacen son como pensamos, ni sirven para llenar ese vacío que a todos, de una forma u otra, nos devora desde dentro. Me ha costado comprenderlo, pero soy un creador, y los creadores no pueden construir y luego detenerse a admirar el engendro que han concebido, siempre le verán defectos, y es más, de inmediato ya ansiarán inventar algo nuevo, volver a fracturar la realidad. Por ello he llegado a la conclusión de que aunque hubiese escrito la mejor novela de la historia de la literatura, no sería capaz de apreciarlo y es más, tampoco querría hacerlo. Mi yo escritor duda de todo lo que hace porque quiere empujarme a seguir inventando, imaginando, pensando. Sí, me pone a prueba continuamente, es agotador, tanto que puede que algún día caiga de rodillas y me entregue a la vacua rueda de la realidad, abandonando por ende este tortuoso camino que es el del artista, pero hoy no es ese día.

Cuando no alimento a mi yo escritor me convierto en uno más, y eso es lo que me mata. Pierdo aquello que me aporta el broquel de hipocresía necesario para poder tirar mis mañanas en una oficina en pos de ganarme el suelo, o hacer que estudio una carrera que tiempo ha perdió cualquier atisbo de interés para mí. La égida sin la que no podría salir a la calle y cohabitar con otros seres humanos. Mientras consiga seguir ligado a mi yo escritor, aunque sea con el más delgado de los hilos, podré seguir siendo un ominoso fariseo.

En fin, creo que debo pasearme más a menudo por esta ventana. Hablar con nadie y todo el mundo al mismo tiempo resulta curioso.


Buena cacería.